El refugio ha sido ya demolido, por lo que tendremos que seguir en dirección este. Subimos primero la Loma Pelá y después bajaremos a la Laguna de la Caldera, en donde se encuentra un refugio vivac, en el que podremos pasar la noche. Al día siguiente, bien temprano, subiremos hasta el Collado del Ciervo o de la Mosca. Si no vamos a dormir en la Caldera y no queremos perder altura, desde la Loma Pelá nos dirigiremos hacia la izquierda, haciendo una travesía, algo delicada, por la fuerte pendiente que baja del Puntal de la Caldera, para llegar así al Collado del Ciervo. Desde aquí, la vía normal del Mulhacén sube la cara oeste, pegado a la arista de la izquierda, aunque teniendo cuidado de no acercarse demasiado a las cornisas. Llegamos así a la cumbre, en donde hay un vértice geodésico, una pequeña capilla metida en la roca y una gran cruz que casi siempre está doblada por el viento. El regreso lo haremos por el mismo sitio.
Para los más atrevidos, recomiendo la subida al Mulhacén por la arista noreste, que discurre por un paisaje agreste, con la Alcazaba de fondo. Para ello, desde el Collado del Ciervo se baja a la izquierda, para hacer un flanqueo por debajo de la cara norte del Mulhacén, hasta llegar al Canuto de Siete Lagunas, que sube directo hasta el Puntal de Siete Lagunas, con una pendiente de 45%. Una vez llegamos arriba, se divisa perfectamente la vía noreste del Mulhacén, una amplia pala de nieve de 45% de pendiente, que se estrecha en la parte superior. El regreso lo haremos por la vía normal. En la vista de la Sierra desde la Loma de Papeles se aprecia el recorrido desde el Collado del Ciervo hasta el Puntal de Siete Lagunas.
En verano, desde el Collado del Ciervo o de la Mosca, podemos acercarnos a la Laguna de la Mosca, que observaremos entre las caras nortes de la Alcazaba y el Mulhacén.
