En montaña,una de las causas del agotamiento es junto a la falta de entrenamiento, la alimentación inapropiada e insuficiente. Un error muy común es comer cualquier cosa y a cualquier hora, no dando importancia a este tema. Sin embargo, la elección de los alimentos es decisiva porque nos aportan los nutrientes necesarios para soprtar el esfuerzo intenso y prolongado que tan ligado a la practica del montañismo, solo es posible si aportamos al organismo el "combustible" apropiado. Para simplificar esta información vamos a hacer una clasificación de los alimentos - aunque el agua no lo es también la hemos incluido - en seis categorías. Primera.- Los glúcidos. Son fuente inmediata de energía. Se encuentran en los azucares, cereales, féculas, pasta, pan ...
Segunda.- Los lípidos. Están principalmente en los aceites de grasa animal. Aportan gran cantidad de energía , pero de manera más lenta que los glúcidos. Tercera.- Los prótidos. Están contenidos en la carne, huevos, pescado y legumbres. Son necesarios para la regeneración/reposición plástica del músculo.
Cuarta.- Los minerales. Su función principal es la de controlar la regulación hidroeléctrica. Se encuentran
en las legumbres verdes.
Quinta.- Las vitaminas. Son importantes para diversas funciones metabólicas. Se hallan principalmente en fruta verduras y hortalizas.
Sexta.- El agua. Se ingiere directamente o formando parte de los alimentos.
Es de suma importancia en la regulación térmica del organismo. Todos estos elementos tienen que ser incluidos en
la dieta diaria y adaptarse a las necesidades del individuo, para permitirle reponer las pérdidas ocasionadas por el metabolismo basal y el trabajo muscular. Por ese motivo en la montaña debe estar supeditada a las necesidades que en este medio se plantean.
Resumiendo, diremos que los glúcidos son el alimento más apropiado cuando se está
en altura y los lípidos el mejor en situaciones de frío. Ambos combinados son los que más energía aportan a los músculos y los prótidos los que mejor preservan su capacidad de trabajo. La vitamina C es la más necesaria por su papel en el mantenimiento de las defensas y el sodio el mineral más imprescindible, por su capacidad de retener el agua en el organismo. Por tanto, la alimentación del montañero se debe componer de las siguientes proporciones : un 60% de glúcidos, un 25% de lípidos y un 15% de
prótidos. Frente a las 2.000 o 2.500 calorías diarias necesarias en la vida normal, en la montaña la ración diaria para una actividad estándar de ocho horas debe estar en torno a las 4.000 o 4.500 calorías (100 grs. de glúcidos aportan 400 calorías, al igual que 100 de prótidos. 60 grs. de lípidos aportan sin embargo 540 calorías). Si se hace un esfuerzo especialmente intenso deben ser aumentadas estas cantidades.
Consumiendo alimentos deshidratados, raciones de 1000 grs. por día pueden resultar suficientes para una persona. Su decepcionante aspecto y sabor se compensan por el poco peso a transportar. Además, tenemos que beber no menos de 3 litros de agua al día añadiendo sales si procede del deshielo o de derretir nieve. Si no estamos seguros de su calidad, la trataremos con algun producto purificador.